Fundación Tierra Viva: Informe de Gestión de 2018

Si usted reside en Venezuela, no tenemos que explicarle las dificultades que los ciudadanos y las instituciones vivimos durante el 2018 y como eso repercutió en el día a día.

Hablamos desde las dificultades del transporte para llegar de su casa al trabajo, o la ausencia de luz, de agua o de gas, que le impidió lavar la ropa, dormir bien o cocinar la comida de su familia.

También podríamos referirnos a la lucha por poder acceder a productos básicos ya sea por su escasez o por su costo.

Para las instituciones responsables como Fundación Tierra Viva comprar un boleto de avión, pagar el aumento del alquiler, mantener unos sueldos decentes para su personal, cubrir los costos de para los asistentes a un taller, en la hiperinflación que vivimos, también fue una dura tarea.

Si usted no vive en Venezuela, estamos seguros de que puede imaginar la magnitud del problema (aunque quizás se quede corto).

En ese contexto, Fundación Tierra Viva estuvo trabajando en 2018, desarrollando la creatividad, las alianzas y manteniendo una permanente comunicación con nuestro público interno y externo.  Entendimos que la mayoría de las variables estaban fuera de nuestro control, y una y otra vez reinventamos nuestra acción sobre aquellas en las que podíamos incidir.

No ha sido cómodo. Algunas actividades no tuvieron la extensión y el alcance, la calidad y los productos, con los cuales estamos acostumbrados luego de 26 años de trabajo.

Nos dedicamos a trabajar; a ejecutar acciones en los caños del Delta del Orinoco – donde la gasolina y el aceite cuestan más que en la mayor parte del país – y en Valencia – donde las dificultades de transporte condicionaba la presencia de miembros de comunidades en las actividades formativas.

Lo hicimos en un país en el cual trasladarse de Caracas a Valencia o Tucupita alcanza los niveles de proeza.

Y trabajamos no solo para hacer lo que estaba en los proyectos comprometidos con nuestros patrocinantes sino que – pensando en el futuro – nos dedicamos a formular y negociar propuestas alineadas con el desarrollo sustentable para atender temas vinculados con el agua, el cambio climático o la producción de cacao.

Nuevamente hoy podemos presentar los resultados de la labor en un año difícil tanto en lo social, como en lo económico y lo ambiental.  Simultáneamente podemos anunciar que tenemos nuevos proyectos y más trabajo.

Según los especialistas, 2019 no luce como un año mejor que 2018; todo lo contrario. A pesar de ello, en Fundación Tierra Viva decidimos seguir trabajando y con ello honrar la confianza de la cual hemos sido receptores por parte de las comunidades, ciudadanos e instituciones con quienes nos vinculamos, y sumarnos a todos quienes hacen lo propio por un mejor futuro.

Nuestro amigo y aliado Alejandro Álvarez Iragorry suele citar frecuentemente – lo hizo en talleres que Clima 21 y Fundación Tierra Viva organizamos en 2018 – la siguiente frase del escritor, dramaturgo y político checo Václav Havel: “La esperanza no es la convicción de que las cosas saldrán bien, sino la certidumbre de que algo tiene sentido, sin importar su resultado final“.

Creemos que en tiempos tan difíciles para el ciudadano, más que nunca, nuestro trabajo tiene sentido.

Como dijimos en el informe de gestión de 2017, les dejamos para su conocimiento y consideración “nuestro actuar y nuestro aporte al desarrollo sustentable del país”, que es el modelo de desarrollo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”.

Francisco Andrés                    Anita Reyna                Alejandro Luy

Presidente                              Presidente                  Gerente general

2015-2018                              2019-2021

Fundación Tierra Viva

Descargue el Informe de gestión 2018 Fundación Tierra Viva

¿Qué siente el ciudadano de Caracas ante las fallas en el servicio de agua potable?

Percepción de los ciudadanos sobre el servicio de agua en el Área Metropolitana de Caracas

Fundación Tierra Viva y Coalición Clima 21

Isabel Novo, Alejandro Luy y Alejandro Álvarez

Agosto 2018

El agua es una condición necesaria e insustituible para la vida, por ello el acceso al agua es un prerrequisito para el disfrute del derecho a la salud, a la vida, al trabajo y a un nivel de vida digno.

En el año 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció al acceso al agua potable y al saneamiento como un derecho humano. Adicionalmente, el Estado venezolano se ha comprometido con el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, donde el Objetivo 6 es garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos.

Por ello, el  Estado venezolano tiene la obligación de garantizar a toda la población el derecho al agua potable. Derecho que debe de ser medido en términos de cantidad, continuidad y calidad del servicio.

A pesar de ello, los problemas de déficit en el abastecimiento y calidad de agua se han venido extendiendo por toda Venezuela desde hace varios años, pero ha sido durante el primer semestre del 2018 cuando el Área Metropolitana de Caracas se ha visto más afectada, alcanzando niveles de crisis en los últimos meses.

Para conocer la percepción de la ciudadanía sobre la situación de su derecho al acceso al agua potable, Fundación Tierra Viva, en conjunto con la Coalición Clima21, realizó una encuesta de percepción ciudadana, a través de un cuestionario online dirigido a los habitantes de los municipios Libertador, Chacao, Baruta, Sucre y El Hatillo, que conforman el Área Metropolitana de Caracas.

La encuesta fue de carácter exploratorio, con una muestra no probabilística, por lo cual no necesariamente refleja la distribución de población, tanto en términos geográficos como socioeconómicos.

El siguiente informe ofrece los resultados de este estudio realizado entre el 23 de junio y el 2 de julio 2018 e incluye recomendaciones aportadas por los ciudadanos encuestados.

Descarga el estudio aquí