Los pasados 20 y 21 de septiembre, en el janoko de la artesana Vixla Migallones, comunidad Ensenada de Wakajara, se llevó a cabo un taller de innovación cuyo objetivo es realizar tres nuevos productos con ciertas variaciones en tamaño, el cual forma parte de los objetivos de los proyectos Tejiendo Esperanzas y Mujer Indígena Emprendedora, financiados por Chevron y la Unión Europea, respectivamente.
El reto consistía en elaborar tres materos, dos pantallas para lámparas y una bolsa (que puede ser utilizada como jardín vertical o para guardar objetos en el baño o la habitación, etc.)
La propuesta de estos productos fue presentada por los jóvenes Rodrigo de la Peña, diseñador industrial, y Rolando Rodríguez, ingeniero de materiales, creadores de la marca Wamma, quienes incursionan en una línea de productos para el hogar que combina elementos hechos a mano por nuestras artesanas warao. Estos productos serán combinados con partes de madera, cobre o aluminio.
El reto se presentó de esta manera:
El día 20 asistieron once artesanas expertas procedentes de seis comunidades: Santo Domingo, Wakajarita I, Ceibita Indígena, Ensenada de Wakajara, Sagaray y San José de Wakajara. Al segundo día de taller asistieron 15 artesanas, ya que se agregaron cuatro artesanas procedentes de la comunidad Ojiruina.
Nuestra metodología para el desarrollo de nuevos productos consiste en convocar a artesanas expertas a un primer taller, aquellas que manejan técnica y creatividad. Estas tienen la responsabilidad de elaborar los primeros bosquejos o productos y hacer las respectivas correcciones hasta llegar al producto final aprobado por el cliente o por el diseñador. Una vez listo el nuevo producto, se sociabiliza con el resto de las artesanas a través de varios talleres, los que hagan falta según el pedido, o si no responde a un pedido, igualmente se realizan los talleres para que las artesanas incorporen el nuevo producto a su oferta. De esta manera, se han desarrollado con este proceso unos veinte productos.
Las piezas que se realizaron en este taller son complejas, pues necesitan mantener los tamaños estrictamente y deben ajustarse a otros elementos que conformarán el producto final.
El producto Nro. 1, una bolsa de moriche, que sirve para colocar plantas o para ser colgada en el baño y ser utilizada para guardar cepillos, secadores, etc, o para ser ubicada en la habitación y colocar teléfonos, cargadores, etc.
El producto Nro. 2, la pantalla para una lámpara en dos versiones y tamaños.
El producto Nro. 3, un matero en tres diferentes tamaños. Este irá posado sobre una plataforma de bronce o aluminio.
Los diseños fueron presentados por los facilitadores –Rodrigo y Rolando- y las artesanas los aprobaron con gran expectación. Se elaboraron equipos de trabajo y se les dio la oportunidad de agruparse en el producto de su preferencia. Aquí comenzó el despliegue de creatividad y técnica.
Por dos días consecutivos trabajaron sin descanso hasta terminar los primeros prototipos.
Al finalizar el taller y con los productos en mano, procedimos a explicar cómo calcular los precios a los productos siguiendo la técnica que aprendimos con nuestro socio Solidarete, experto en Comercio Justo.
Se les explicó que el precio debe estar compuesto por las horas que se invierten en la recolección y el procesamiento de la fibra, las horas de elaboración del producto, los instrumentos para el trabajo (aguja, tijeras, etc.), otras fibras utilizadas, en caso que fuera necesario, costo por traslado (si por ejemplo la pieza es llevada a Tucupita), y un porcentaje de ganancia. Para obtener el costo de la hora/hombre tomamos como base el salario mínimo establecido por el Ejecutivo.
Al final de dos intensos días de trabajo, con sus respectivos descansos para almorzar, tenemos a la vista seis nuevos productos que engrosarán la oferta de las artesanas. Los facilitadores se llevaron los prototipos para hacerle los ajustes necesarios y los engranajes con los otros elementos para constituir la pieza final que dará origen a los pedidos. Por lo pronto, algunas artesanas ya quedaron con un pequeño pedido.
El jueves 22, de regreso del taller, el equipo de Fundación Tierra Viva Delta-Caracas, visitó a las comunidades para recoger el pedido Odebrecht, revisar parte del pedido de Natoura, convocar a las artesanas que participarán en el taller de Solidarete que se llevará a cabo en el estado Bolívar los días 03-07 de octubre, recoger los Rif para la elaboración de facturas legales para las artesanas como un paso adelante que deben realizar para crecer como emprendedoras.
La ocasión fue propicia para conversar con artesanas de las comunidades Santo Domingo y Ceibita Indígena sobre lo importante de organizarse en una Red de Artesanas que permita atender los pedidos, establecer precios, acopiar y trasladar mercancía hasta Tucupita y el envío a los clientes. De esta manera, se busca resaltar la importancia de estar preparadas para continuar con la comercialización una vez finalice el proyecto.